jueves, 31 de marzo de 2011

En abril, aguas mil

El refranero español, sin lugar a dudas, es un gran referente. Aunque viendo como va a empezar este mes pocos lo dirían. Sol, calor, brisa vespertina, vamos que llega de la mano del buen tiempo. Sin embargo, aunque muchos nos tilden de agoreros les tenemos que comunicar que esto no va a durar mucho. Esta afirmación se puede hacer sin mirar los actuales mapas meteorológicos, ¿adivinos? No, estadistas. Haciendo un repaso del tiempo característico de nuestra zona vemos que abril está en la quinta plaza del ranking de los meses más lluviosos. Quizás no sea un dato determinante, se trata de una posición intermedia que al menos deja entrever el tiempo variable. Para llevar a cabo esta argumentación nos basamos en un artículo del CEAM que aporta un gráfico bastante explícito:

Abril, un mes de “levanters” –así se le llama a los temporales de levante en lengua inglesa- pero también de jugosos frentes atlánticos. De hecho, si se fijan, estos últimos aumentan su efectividad en estas fechas. Chubascos que se alternan con días de sol y calor incipiente, lo que en algunos conocen como abriladas. Chaparradas, champlazos o chaparrones, a lo largo de la Península son variopintos los nombres que se les ponen a estas lluvias primaverales que son cortas pero intensas. “Aguarradillas de abril, unas por ir y otras por venir”. Lo cierto es que cualquier día nos puede sorprender una barrumbada –chaparrón fuerte- o un turbión –golpe repentino de lluvia con rachas fuertes de viento-. ¿Quieren más pruebas? Ronda de efemérides.

Un vistazo al archivo de la Agencia Estatal de Meteorología basta para ver que este mes suele tener temporales de levante bastante intensos. Ponemos la máquina del tiempo en marcha y aterrizamos en Cataluña, 18 de abril de 1865, día que ha pasado a la historia meteorológica por una grave inundación documentada en el Delta de Llobregat. Medio siglo antes el objetivo de las lluvias intensas fue Girona y, además, no fue la única ocasión. Las lluvias torrenciales se volvieron a repetir el 3 de abril de 1969, con importantes daños en la propia Girona, Perelada, Rosas o Tordera, a lo que hay que añadir el inusual desbordamiento del lago Bañolas. Si quieren datos de sitios más cercanos únicamente tenemos que mirar hacia el sur para ver cómo se suceden las avenidas en el río Segura. En los años 1465, 1649 y 1946 abril fue un mes de lluvias fuertes y persistentes con inundaciones en la ciudad de Murcia, La Ñora y en zonas próximas a su desembocadura en Alicante. Por último, un apunte dramático pero curioso. Transcribimos de forma literal una noticia del 7 de abril de 1850: “En Zaragoza, una tormenta a las 7 de la mañana, descarga un rayo sobre la torre de la Seo, matando al campanero que está en sus funciones y provocando un incendio en el chapitel de la torre”.

Volvemos al presente porque parece que los modelos meteorológicos empiezan a apuntar una posible tendencia hacia la inestabilidad de cara a las últimas horas del domingo. Aún nos esperan unos días de calor, de hecho, es posible que el sábado los termómetros de las comarcas centrales y de puntos del interior lleguen a los 25ºC. Estas temperaturas, de llegar finalmente aire frío en altura, podrían convertirse en un excelente caldo de cultivo para las tormentas. Aquí tienen un mapa del modelo americano GFS de temperaturas y presión a 500hpa:

En el anterior gráfico pueden observar una pequeña masa de aire frío situada, de cara a la madrugada del lunes, en el extremo suroeste de la Península. Entre esta pequeña vaguada y la entrada de vientos del este las tormentas podrían crecer con fuerza el domingo por la tarde en nuestras comunidades vecinas: Castilla la Mancha y Teruel. Es probable que estos núcleos tormentosos se desplacen hacia el noreste afectando de cara a últimas horas de la jornada puntos de la Comunidad Valenciana. No pierdan de vista nuestras publicaciones en Facebook porque seguiremos de forma detallada la evolución de esta posible situación inestable. Disfruten del tiempo.

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