martes, 28 de septiembre de 2010

Soy inocente, hacía viento de poniente

Por extraño que resulte, esta frase la podría alegar el imputado de cualquier crimen en Suiza. En este país el viento seco que surge como resultado del Efecto Foehn es un auténtico atenuante. Estarán conmigo que es una legislación, cuanto menos, curiosa. Cualquiera, aquí en la Península Ibérica, podría utilizar la misma razón para reducir la pena de una sentencia. Imagínense el pasado mes de agosto en la Comunidad Valenciana: temperaturas acercándose a los 45 grados, viento moderado de poniente y humedades relativas cercanas al 10%. Podría haber sido un auténtico “paraíso jurisdiccional”. Analicemos la naturaleza de esta consideración pionera.

Investigaciones científicas afirman que las cargas eléctricas influyen en el estado emocional. Repaso de física, no se asusten, seré breve. El aire está compuesto por átomos conformados por un núcleo de protones–carga positiva- y un revestimiento de electrones –carga negativa-, además de neutrones. La existencia unos y otros está condicionada por un principio de equilibrio: el átomo siempre tiende a tener el mismo número de electrones que de protones, cuenta con una tendencia a la estabilidad. No obstante, los primeros son muy volátiles y este es un factor que a menudo rompe el equilibrio pasando a existir átomos con carga positiva y negativa, además de la neutra –el estado de origen, el ideal-.

Cuando el átomo pierde la estabilidad pasa a convertirse en un ión negativo o positivo, y cada uno de ellos tienen un efecto diferente y contrario en el cuerpo humano. Las cargas positivas influyen en una mayor sensación de estrés y asfixia, mientras que las negativas reconfortan y favorecen el bienestar. Teniendo en cuenta estas circunstancias recobra sentido la influencia de los fenómenos meteorológicos en nuestro día a día. Las tormentas y el viento aportan un exceso de carga positiva que nos hacen tener sensación de agobio e incrementan el nerviosismo. Esto no se trata de algo puntual, sino que una de cada cuatro personas nota de cerca esta influencia. Hay hechos constatados, muchos cirujanos de Centroeuropa, por ejemplo, no abren la sala de operaciones en días de Foehn. Además, no solo en Suiza figura este viento como atenuante en los delitos por los supuestos desequilibrios emocionales, también en Oriente Medio está vigente esta legislación con el viento de Sharav.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Un verano de superávit

Avanzaba la mañana del pasado lunes cuando en la Delegación territorial de la AEMET de Valencia se cocía a fuego lento una nueva toma de contacto con los medios. Sentados junto a una mesa, entre micros y grabadoras, figuraban de izquierda a derecha Víctor Alcover, Jorge Tamayo y José Ángel Núñez. Al lado de su posición, en la derecha de la sala, un proyector mostraba un mapa con las anomalías estivales registradas. Tras unos minutos de cortesía para que todos los medios citados ocuparan su “escaño”, se iniciaba una exposición que versaría fundamentalmente sobre dos temas: el verano y la gota fría.

Verano más caluroso pero también más lluvioso

Jorge Tamayo, delegado territorial de la AEMET, empezó comentando que el reciente verano ha sido siete décimas más cálido de lo habitual. Unas temperaturas que rebasan la media por la persistencia que han tenido los registros ligeramente más altos y no por periodos excesivamente cálidos. No obstante, como seguro recordarán, sí lo han sido días puntuales. A la historia pasará una jornada, el 27 de agosto, por sus registros máximos extremos. Eran las cuatro de la tarde de tal tórrido día cuando el observatorio de la delegación territorial, en Viveros, alcanzaba la marca de 43 grados. Protagonismo compartido con la localidad de Carcaixent, que con una marca de 45 grados obtenía el récord absoluto. Lo cierto es que son muy pocas las veces a las que ha llegado la capital valenciana a marcar registros de 40 grados. Víctor Alcover, jefe de Predicción del Centro Meteorológico de Valencia, recalcaba el carácter extraordinario del dato añadiendo que únicamente se ha superado esta marca en el observatorio urbano en cuatro o cinco ocasiones desde que se recogen datos.

Las lluvias también han sido superiores a la media estival. Es más, las recogidas en el Bajo Segura y en el interior de Castellón se consideran excepcionales. Hablamos de que en el estío se ha recogido un 35% más de lluvia en los pluviómetros. Víctor Alcover añadía que este verano, además, en las localidades alicantinas de Orihuela y Torrevieja se ha convertido en el más húmedo desde que se tienen registros. Destacan tres días: 13, 14 y 19 de agosto. Estas tres jornadas estuvieron marcadas por tormentas que en algunos casos resultaron severas. En los dos primeros días en Jávea se superaron los 170 litros por metro cuadrado en 24 horas. En Burriana, el 19 de agosto, el viento asociado a una tormenta -de corta duración pero severa- acabó con la vida de un hombre que disfrutaba con su familia de un día de playa. Las fuertes rachas que portaba el núcleo tormentoso hicieron tumbar el habitáculo prefabricado de la Cruz Roja que les resguardaba.

Gota fría

La premisa fundamental del tratamiento de este fenómeno fue dejar clara su naturaleza a los periodistas. Jorge Tamayo junto a José Ángel Núñez –Jefe del Área de Climatología- explicaron sus características: se trata de una situación habitual de nuestra zona que se produce cuando una bolsa de aire frío se desgaja de la corriente en chorro a una altura de entre 5000 y 6000 metros sobre el nivel del mar. Este embolsamiento cuando se independiza e interactúa con otros factores -como el viento húmedo de levante- produce intensas lluvias, pero no siempre es así. Durante el año pasan muchas situaciones de este tipo y pocas son noticia.

Radar de Valencia

Cuando la rueda de prensa tocaba su fin llegaba esta pregunta obligada, ¿qué pasa con el radar de Valencia? Un rayo fue el causante de que uno de los elementos que lo conforman dejase de funcionar. Su sustitución se antoja complicada, porque tan sólo hay poco más de tres decenas de este tipo de radares en todo el mundo y las piezas se fabrican expresamente. Al parecer la AEMET recibirá el recambio en el mes de octubre y a partir de ahí este imprescindible instrumento se volverá a poner en funcionamiento. Ya saben, para volver a disfrutar de su servicio habrá que esperar al menos un mes.

Enlaces de interés: Corriente en Chorro / Récord en Valencia


lunes, 13 de septiembre de 2010

DANA, la Gota

La Gota Fría. Ese fenómeno cíclico que acompaña la vuelta al trabajo. Una situación meteorológica que lleva por bandera al sensacionalismo más feroz. Voraz, furtivo. Que está lejos de lo que realmente significa. Un concepto que hoy está científicamente caduco, en desuso. Como Garganta Profunda, Gürtel o Brugal, es una nomenclatura periodística. En fin, Gota Fría.

Hay muchos fantasmas en esta expresión mediática -espectros del mes de septiembre, como tantos otros-. Ha hecho calor en verano, el mar se ha recalentado y por tanto habrá Gota Fría, ¿ven en esto una afirmación verídica? No lo es, entran en juego muchos factores. Primero vamos a ponerle el nombre científicamente correcto: Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA). Esa expresión hace referencia al ingrediente más importante. No hay dos sin tres. No se suelen registrar lluvias intensas sin aire frío en altura, aproximadamente a unos 5500 metros sobre nuestras cabezas (500hpa). No obstante -ojo-, no toda masa fría es una DANA, tiene que estar aislada del jet y ser un embolsamiento “independiente”.

En segundo lugar es necesario un alto nivel de humedad, un factor fundamental que tiene que estar presente en todas las capas. El promotor es el viento de levante y cuanto más recorrido marítimo tenga más saturado estará. En otoño planeará sobre un mar caliente, con una temperatura superior a los 25 grados, y si asciende se encontrará con otra masa de 15 o 20 grados bajo cero. Un cocktail explosivo. Se lo imaginan, ¿verdad? Una explosión en forma de cumulonimbo.

Esta situación no es endémica de otoño, se puede dar en cualquier época del año y, por cierto, tampoco es sinónima siempre de lluvias torrenciales. Esto únicamente pasará si todos los factores son óptimos y extremos, no es nada fácil. ¿Quieren una cosa segura? Los próximos días y semanas se enfrentarán de nuevo a estas expresiones en los medios. Habrá que indagar si estamos o no ante una situación de esta índole, y para que lo descubran les dejo un mandamiento periodístico: contrasten la información.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Bienvenido, Mister Eolo

No se asusten, no es la furia de una profecía venida desde el antiguo subconsciente griego. Viendo esta imagen casi se pueden comprender las representaciones mitológicas que antaño se formulaban. Eolo, hijo de Hípotes y Señor de los Vientos, podría tener en estas nubes su respresentación natural. Lo que ven es una formación nubosa llamada Mammatus, nombre que puede adquirir cualquier nube cuya base cuente con estas curiosas formas de bolsa o mama. Normalmente están relacionadas con nubes del tipo Cumulonimbo, apareciendo en una zona conocida como yunque.

Esta imagen nos puede valer para entender su fisionomía. Les presento a un núcleo tormentoso visto desde el aire. Un placer ¿verdad? El yunque es la masa superior que tiene un aspecto difuminado y sedoso que proyecta una extensa sombra, ¿lo identifican? Bien, pues los mammatus estarían justo en la parte inferior de esta formación. La estructura de estas "mamas" está determinada por las corrientes de viento ascendente y descendente que existen en las nubes convectivas, de hecho podríamos decir que surgen de la lucha entre una y otra. Por un lado, las bolsas más bajas son una conjunción de cristales de hielo y agua líquida que se precipitan desde la nube. Por otro, las cavidades están provocadas por el empuje del viento cálido ascendente, que además evapora el agua precipitada rápidamente y le otorga esa peculiar forma redondeada. Estamos a punto de entrar en otoño, plena temporada tormentosa, así que no pierdan la oportunidad de mirar al cielo cuando empiece a tronar. Quizás vean a estos mensajeros de Eolo.