miércoles, 3 de noviembre de 2010

Máximas y mínimas

España es un país de extremos. Los máximos y mínimos extraordinarios avalan esta teoría. Muchos de ustedes viendo el titular pronto habrán pensado en las temperaturas y, de ser así, se han mostrado certeros. Es cierto, hablamos del mercurio. En la Península Ibérica en pocos meses podemos pasar de registros superiores a treinta grados a otros donde los termómetros no son capaces de rebasar los cero. ¿Saben cómo se recopilan los datos de temperatura?

La empresa británica Maplecroft, dedicada a hacer mapas mediante índices de riesgo, exalta el papel variable de la naturaleza de nuestra zona. El pasado mes de octubre esta consultoría publicó un estudio que sitúa a España junto a Francia en la delantera de los países desarrollados con mayor probabilidad de sufrir fenómenos extremos. Ante estas afirmaciones, datos. El Lago Estangento de Lleida registró el 2 de febrero del año 1956 una friolera temperatura mínima de -32.0ºC. Otro polo de frío, la localidad de turolense de Calamocha con -30ºC el día 17 de diciembre en 1963. Crudos datos que pueden dar paso a otros de extraordinario calado, en este caso por calurosos, en el mes de julio de 1994 los termómetros de Murcia marcaron 47.2ºC de temperatura máxima. Un año más tarde, el Aeropuerto de Sevilla llegaba a los 46.6ºC. Son puntos y tiempos distantes pero estas cifras ensalzan los contrastes de nuestra zona. De todos modos, tengan en cuenta que los datos que acabamos de aportar son auténticas efemérides y, por tanto, muy poco usuales. Ahora nos vamos a detener en los dos conceptos “extremos” que nos atañen, las temperaturas máximas y las mínimas, ¿saben la diferencia?


La temperatura máxima es el registro más alto que marca el termómetro de un observatorio en 24 horas -este suele ser el espacio temporal estándar, pero también se pueden extrapolar estas cifras a periodos más amplios-. Normalmente, estos picos máximos se registran entre las doce y las cinco de la tarde, momento en que se produce la máxima insolación. La temperatura mínima, en cambio, es el registro más bajo que alcanza el termómetro en dicho espacio de tiempo y se suele encuadrar entre las cuatro y las ocho de la mañana. Veamos un gráfico de temperaturas de la localidad valenciana de Siete Aguas en las últimas 24 horas –datos de la Confederación Hidrográfica del Júcar-:

Como ven, la temperatura más alta se registró ayer entre las tres y las cuatro de la tarde, mientras que la más baja se encuadra en la pasada mañana, concretamente a las seis en punto. Gráfica en mano podríamos decir que la temperatura máxima de ayer en Siete Aguas fue de 18 grados y que la mínima de hoy ha sido de 7 grados centígrados. Hay que matizar que la explicación se basa en lo que generalmente ocurre pero también hay casos en los que la temperatura más alta se ha dado de madrugada y la mínima en pleno día. Por ejemplo, el paso de la ciclogénesis Xynthia disparó los termómetros de Gandía hasta los 26ºC a las 3 de la madrugada. Por cierto, en pleno invierno. La excepción confirma la regla. Recopilando estos datos se pueden obtener a largo plazo mediciones como la temperatura media de un determinado lugar y así conseguir establecer, pasado un mínimo de 30 años , los parámetros climáticos de la zona.

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