jueves, 10 de febrero de 2011

Ciclogénesis explosiva

¿Qué hay detrás de este término tan imponente? Fuertes rachas de viento, lluvias intensas y una situación especialmente complicada en el mar. Esta podría ser una definición simplista pero detrás de estos sistemas hay un trasfondo mucho más complejo e interesante. Hablar de estos fenómenos elevan nuestra imaginación a los conceptos más sensacionalistas, quizás sea por ese nombre tan contundente o por el amarillismo imperante. En la raíz de este paradigma encontramos el término ciclón: cualquier estructura atmosférica que, en el hemisferio norte, rota en el sentido contrario a las agujas del reloj. La definición de ciclogénesis es génesis de un ciclón, no busquen más allá porque no encontrarán nada. Bueno, sí, la segunda palabra que condiciona al ciclón: explosiva. No piensen en este adjetivo desde el prisma cotidiano, no acertarán, hay que inmiscuirse en la literatura científica donde esta acepción significa que una borrasca se profundiza rápidamente. Cuando la presión de un centro de bajas presiones desciende 24 milibares en 24 horas se le atribuye esta adjetivación. Olvídense de tormentas perfectas o bombas meteorológicas, son meras nomenclaturas periodísticas, pero no pierdan de vista a estos fenómenos porque lejos de la espectacularización mediática hay un riesgo real: vientos que pueden ser fuertes o muy fuertes y lluvias intensas. El brusco descenso de presión provoca que ese “vacío” se rellene con el aire que circunda a la ciclogénesis, una vertiginosa entrada que origina intensas rachas de viento. Aunque vean en esta estructura un fenómeno extraño o inusual no lo es tanto para la Península Ibérica. En la historia meteorológica reciente encontramos casos que han quedado grabados en la memoria colectiva: Klaus, Xynthia… Borrascas que pueden ser apadrinadas por cualquiera de ustedes si depositan un donativo en el Departamento de Meteorología de la Universidad Libre de Berlín. Puede que dentro de poco nos sorprenda una ciclogénesis explosiva con su nombre, aunque viendo sus efectos quizás no sea tan reconfortante como parece…

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