sábado, 13 de septiembre de 2008

En el ojo del huracán Ike

Imagínense estar en el ojo de un huracán. Debe ser aterradora esa calma tensa entre momentos de destrucción, vientos que azotan a más de 200km/h e intensas lluvias que sin compasión avasallan la ciudad. Una tregua en la que se es consciente de que en breve volverá un segundo asalto que podría significar el golpe definitivo para las estructuras de los dañados edificios que aún se mantienen en pie. Instantes en los que lo único que acaba con el silencio ensordecedor son las hojas arrancadas de los árboles bailoteando sobre suelo firme resquebrajado. En este contexto se encuentran hoy en la ciudad de Houston, al sur de Estados Unidos.

Se han cumplido los peores augurios, el huracán Ike antes de tocar la costa se ha reforzado sobre aguas cálidas llegando de nuevo a contar con la categoría 3 en la escala de Saffir-Simpson. Las lluvias torrenciales son presentes en muchas zonas de la isla de Galveston afectando así barrios residenciales que son hogar de cerca de 300.000 habitantes. Antes ha pasado por las Bahamas, Haití o Cuba acabando con miles de hectáreas de cultivos y con efectos tanto personales como económicos devastadores. En Haití, los huracanes Ike, Gustav y Hanna han dejado una panorámica desoladora. Según Europa Press ya se han llegado a contabilizar en este país caribeño cerca de trescientas muertes y un millón de damnificados. Ahora la destrucción se ha desplazado a la costa sur de los EEUU y esta mañana el ojo del huracán ha pasado por el este de Houston, la ciudad más importante del Estado de Texas. En estos momentos los fuertes vientos y precipitaciones aún están afectando la zona, con lo que será en las próximas horas cuando se puedan evaluar los daños provocados por el destructivo fenómeno. Las observaciones y estudios realizados por el Centro Nacional de Huracanes de EEUU estiman que podrían ser 100.000 viviendas las afectadas por las inundaciones, con lo que esta tormenta se convertiría en la peor registrada en el último siglo en Texas. En las horas previas a la llegada del huracán se han evacuado cerca de 1’2 millones de personas a los lugares acondicionados para acoger a los afectados, no obstante, según informa la reconocida agencia de noticias europea, cerca de 40.000 se han negado a abandonarlas.

No se respira demasiado optimismo en los altos estamentos estadounidenses. El secretario de Seguridad Interna, Michael Chertoff, califica al huracán como “potencialmente catastrófico” y lo que se espera es que los primeros rayos del sol iluminen a un estado de Texas invadido por el caos. En cualquier caso Chertoff asegura que el Gobierno dispone de los elementos y métodos de actuación necesarios para afrontar los daños producidos por la tormenta. Lo cierto es que estamos ante uno de aquellos momentos en los que el hombre se empequeñece ante la fuerza de la naturaleza, únicamente cabe dejarla actuar y esperar a que sea lo más benévola posible.
J.J Villena

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