miércoles, 22 de septiembre de 2010

Un verano de superávit

Avanzaba la mañana del pasado lunes cuando en la Delegación territorial de la AEMET de Valencia se cocía a fuego lento una nueva toma de contacto con los medios. Sentados junto a una mesa, entre micros y grabadoras, figuraban de izquierda a derecha Víctor Alcover, Jorge Tamayo y José Ángel Núñez. Al lado de su posición, en la derecha de la sala, un proyector mostraba un mapa con las anomalías estivales registradas. Tras unos minutos de cortesía para que todos los medios citados ocuparan su “escaño”, se iniciaba una exposición que versaría fundamentalmente sobre dos temas: el verano y la gota fría.

Verano más caluroso pero también más lluvioso

Jorge Tamayo, delegado territorial de la AEMET, empezó comentando que el reciente verano ha sido siete décimas más cálido de lo habitual. Unas temperaturas que rebasan la media por la persistencia que han tenido los registros ligeramente más altos y no por periodos excesivamente cálidos. No obstante, como seguro recordarán, sí lo han sido días puntuales. A la historia pasará una jornada, el 27 de agosto, por sus registros máximos extremos. Eran las cuatro de la tarde de tal tórrido día cuando el observatorio de la delegación territorial, en Viveros, alcanzaba la marca de 43 grados. Protagonismo compartido con la localidad de Carcaixent, que con una marca de 45 grados obtenía el récord absoluto. Lo cierto es que son muy pocas las veces a las que ha llegado la capital valenciana a marcar registros de 40 grados. Víctor Alcover, jefe de Predicción del Centro Meteorológico de Valencia, recalcaba el carácter extraordinario del dato añadiendo que únicamente se ha superado esta marca en el observatorio urbano en cuatro o cinco ocasiones desde que se recogen datos.

Las lluvias también han sido superiores a la media estival. Es más, las recogidas en el Bajo Segura y en el interior de Castellón se consideran excepcionales. Hablamos de que en el estío se ha recogido un 35% más de lluvia en los pluviómetros. Víctor Alcover añadía que este verano, además, en las localidades alicantinas de Orihuela y Torrevieja se ha convertido en el más húmedo desde que se tienen registros. Destacan tres días: 13, 14 y 19 de agosto. Estas tres jornadas estuvieron marcadas por tormentas que en algunos casos resultaron severas. En los dos primeros días en Jávea se superaron los 170 litros por metro cuadrado en 24 horas. En Burriana, el 19 de agosto, el viento asociado a una tormenta -de corta duración pero severa- acabó con la vida de un hombre que disfrutaba con su familia de un día de playa. Las fuertes rachas que portaba el núcleo tormentoso hicieron tumbar el habitáculo prefabricado de la Cruz Roja que les resguardaba.

Gota fría

La premisa fundamental del tratamiento de este fenómeno fue dejar clara su naturaleza a los periodistas. Jorge Tamayo junto a José Ángel Núñez –Jefe del Área de Climatología- explicaron sus características: se trata de una situación habitual de nuestra zona que se produce cuando una bolsa de aire frío se desgaja de la corriente en chorro a una altura de entre 5000 y 6000 metros sobre el nivel del mar. Este embolsamiento cuando se independiza e interactúa con otros factores -como el viento húmedo de levante- produce intensas lluvias, pero no siempre es así. Durante el año pasan muchas situaciones de este tipo y pocas son noticia.

Radar de Valencia

Cuando la rueda de prensa tocaba su fin llegaba esta pregunta obligada, ¿qué pasa con el radar de Valencia? Un rayo fue el causante de que uno de los elementos que lo conforman dejase de funcionar. Su sustitución se antoja complicada, porque tan sólo hay poco más de tres decenas de este tipo de radares en todo el mundo y las piezas se fabrican expresamente. Al parecer la AEMET recibirá el recambio en el mes de octubre y a partir de ahí este imprescindible instrumento se volverá a poner en funcionamiento. Ya saben, para volver a disfrutar de su servicio habrá que esperar al menos un mes.

Enlaces de interés: Corriente en Chorro / Récord en Valencia


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